Paz... ¿Te es difícil pronunciar esta palabra? Seguramente, no. Es muy probable que la hayas utilizado muchísimas veces, ya sea porque tu familia te la ha dicho o porque en el colegio también te la han enseñado. Es muy sencilla de decir: Paz. Es simple, y se puede articular sin apenas esfuerzo y nos agrada hacerlo porque sabemos que significa algo que todos deseamos. Paz... ¡Qué bella palabra! Quizá cuando la pronuncias, tu mente imagina muchas cosas positivas y puede ser que te vengan imágenes con contenidos muy atrayentes como, por ejemplo, que todos los que habitamos este hermoso planeta convivamos en una armonía jamás vista. Paz...
Pero esta palabra, Paz, al igual que otras palabras, tiene otra que significa todo lo contrario, lo opuesto a ella. Sí, también conoces esa palabra que significa lo contrario: es el antónimo de Paz. Ya sabes a qué palabra me estoy refiriendo, una palabra que también está en tu vocabulario y sueles rechazarla de un modo visceral, aunque no puedes negar su existencia del diccionario. Esa palabra contraria a Paz es Guerra, pero como su significado parece ser contraproducente o no agradable algunos utilizan el eufemismo de conflicto armado para tapar toda mala connotación. En ocasiones, me encanta la habilidad del lenguaje para camuflar las palabras.
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Desde que el ser humano es ser humano, siempre ha ido de la mano de la Paz y de la Guerra y en muchas circunstancias y situaciones. Las diferencias que surgen y que no se resuelven por vías pacíficas, con diálogo y acuerdos, terminan en acciones que no son para nada agradables provocando malestar y mucho daño. Ahí es cuando ya no hay Paz y aparece la Guerra (perdón, quise decir conflicto armado). Pero debes saber que Guerra no sólo significa enviar soldados a un lugar, a un campo de batalla, para que con sus armas empiecen a disparar a otros soldados que tampoco tienen la culpa de las diferencias y sinsabores que tienen otras personas que, estando a miles de kilómetros, no viven el infierno de la Guerra. No, Guerra también significa tener diferencias de criterio con otras personas y no resolverlas utilizando algo que nos es connatural: la comunicación. Sin la comunicación no es posible resolver diferencias y hay muchos ejemplos que te podría poner pero no lo voy a hacer porque debes ser tú quien reflexione. Situaciones, malos entendidos, malas interpretaciones, una palabra sacada de contexto... Son muchas cosas las que nos hacen tener diferencias con otras personas sin pararnos a pensar que pueden tener solución y actuamos irracionalmente sin darnos cuenta de las posibles consecuencias negativas. Si utilizamos las palabras pueden pasar dos cosas: que resolvamos las diferencias con disculpas y llegando a acuerdos o que no las resolvamos. Ante esta segunda posibilidad, soy de los que pienso que hay que convivir sin molestar al otro porque el tiempo podrá solventar las diferencias.
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Pero esta palabra, Paz, al igual que otras palabras, tiene otra que significa todo lo contrario, lo opuesto a ella. Sí, también conoces esa palabra que significa lo contrario: es el antónimo de Paz. Ya sabes a qué palabra me estoy refiriendo, una palabra que también está en tu vocabulario y sueles rechazarla de un modo visceral, aunque no puedes negar su existencia del diccionario. Esa palabra contraria a Paz es Guerra, pero como su significado parece ser contraproducente o no agradable algunos utilizan el eufemismo de conflicto armado para tapar toda mala connotación. En ocasiones, me encanta la habilidad del lenguaje para camuflar las palabras.
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Desde que el ser humano es ser humano, siempre ha ido de la mano de la Paz y de la Guerra y en muchas circunstancias y situaciones. Las diferencias que surgen y que no se resuelven por vías pacíficas, con diálogo y acuerdos, terminan en acciones que no son para nada agradables provocando malestar y mucho daño. Ahí es cuando ya no hay Paz y aparece la Guerra (perdón, quise decir conflicto armado). Pero debes saber que Guerra no sólo significa enviar soldados a un lugar, a un campo de batalla, para que con sus armas empiecen a disparar a otros soldados que tampoco tienen la culpa de las diferencias y sinsabores que tienen otras personas que, estando a miles de kilómetros, no viven el infierno de la Guerra. No, Guerra también significa tener diferencias de criterio con otras personas y no resolverlas utilizando algo que nos es connatural: la comunicación. Sin la comunicación no es posible resolver diferencias y hay muchos ejemplos que te podría poner pero no lo voy a hacer porque debes ser tú quien reflexione. Situaciones, malos entendidos, malas interpretaciones, una palabra sacada de contexto... Son muchas cosas las que nos hacen tener diferencias con otras personas sin pararnos a pensar que pueden tener solución y actuamos irracionalmente sin darnos cuenta de las posibles consecuencias negativas. Si utilizamos las palabras pueden pasar dos cosas: que resolvamos las diferencias con disculpas y llegando a acuerdos o que no las resolvamos. Ante esta segunda posibilidad, soy de los que pienso que hay que convivir sin molestar al otro porque el tiempo podrá solventar las diferencias.
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Vivimos circunstancias poco agradables hoy en día por culpa de otros. Esos otros han estado llenándose los bolsillos descaradamente y utilizándonos para sus propios intereses. Eso rompe también el significado de muchos conceptos como pueden ser la justicia, la igualdad, la libertad y la solidaridad. Pero también rompe el significado de la palabra Paz en cuanto que con sus hechos han distorsionado un proyecto común, un proyecto universal al que todos y todas aspiramos: una aldea global, un lugar en el que todos podamos vivir, subsistir cómodamente y, desde luego, ser felices. El lugar ya lo conocemos y es nuestro hermoso planeta Tierra. La idea también la conocemos y siempre ha estado alojada en nuestro cerebro, pero no hemos sabido aplicarla correctamente.
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A lo largo de la historia han aparecido muchas personas invocando a la Paz para fomentar la idea de que un Mundo mejor es posible estrechando puentes de entendimiento, aunque siempre hay una minoría a la que no le parece bien este sueño todavía sin conseguir. Se gastan millones de euros en armamento y sabemos, y lo sabemos bien, que tanto dinero puede solucionar muchas cosas y de esa forma podríamos acercarnos más a la Paz, con mucho esfuerzo, de acuerdo, pero recorriendo un camino que llena de ilusión y optimismo para que las futuras generaciones no vuelvan a cometer los errores del pasado. Y se me ocurre que una de las vías que hay que recorrer para encontrar el verdadero significado de la palabra Paz es darnos cuenta que hay otras personas que están muy necesitadas y que no tienen las mismas oportunidades que tenemos aquí. No es que quiera llevar las cosas a extremos, pero también la Paz se construye ayudando a esas personas que se encuentran muy lejos y que tenemos olvidadas por los problemas que tenemos actualmente. Esas personas han estado permanentemente muy necesitadas y todavía nosotros, los seres humanos, que tenemos ese privilegio de poseer inteligencia, no hemos sabido resolver de una vez por todas el problema del hambre que existe en este planeta. Pienso que ha llegado el momento en que todos aportemos nuestro granito de arena y gritemos ¡BASTA! para construir el tan ansiado sueño de UN MUNDO PARA TODOS. En ello va nuestro futuro y nuestra supervivencia.
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Aquí te dejo un vídeo que, probablemente, te haga pensar en todo lo expuesto anteriormente. Su contenido puede ser también una propuesta de PAZ porque entiendo que eliminando algunos problemas que tenemos se pueden resolver otros. Como decía Mahatma Gandhi: “no hay camino para la Paz, la Paz es el camino”.
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Y para terminar, recuerda: el Día de la Paz se celebra el 30 de enero, pero deberíamos celebrar este día TODOS LOS DÍAS DEL AÑO. ¿Te comprometes?
©Mdaf 2012